La artroscopia como tratamiento de rodilla

La artroscopia, la mejor técnica para el tratamiento de patologías de la rodilla

Muchas patologías traumatológicas pueden tratarse de forma conservadora con analgésicos o pequeñas inmovilizaciones. Sin embargo, algunas requieren de una intervención para poder eliminar completamente el dolor y que los pacientes puedan recuperar una correcta movilidad. En este artículo hablaremos de una de esas técnicas, la artroscopia.

Cuando hablamos de cirugía todo el mundo piensa en la clásica intervención abierta en la que el cirujano corta la piel y los tejidos para poder tener una visualización completa de la lesión. No obstante, la artroscopia es una técnica mucho menos invasiva que permite tratar todas estas patologías mejorando los tiempos de recuperación del paciente.

Hemos hablado con el Dr. José Luis País, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica, para que nos cuente un poco más sobre este tipo de intervención y responda algunas de las preguntas más frecuentes sobre la artroscopia.

¿Qué es una artroscopia y cómo se realiza?

La artroscopia es un tipo de cirugía mínimamente invasiva que se utiliza en las intervenciones de las articulaciones para tratar diferentes patologías. “La más clásica es la artroscopia de rodilla, que permite tratar sobre todo problemas de menisco y ligamento cruzado”.

Por otro lado, durante estos últimos años, también ha sido bastante frecuente la utilización de la artroscopia para el tratamiento de patologías clásicas del hombro como inestabilidades, luxaciones recidivantes o roturas del manguito rotador. Este tratamiento ha seguido ampliándose y se usa también para la cadera, muñeca e incluso el codo.

Para realizar una artroscopia, “utilizamos instrumental de pequeñas dimensiones que puede introducirse en las articulaciones sin dañar ningún tejido circundante”. De esta forma los tiempos de recuperación se acortan y el dolor del paciente también se reduce.

¿Cuáles son sus ventajas y particularidades?

Si la artroscopia se ha convertido en un tipo de cirugía bastante popular durante los últimos años para el tratamiento de las patologías en las articulaciones, se debe sobre todo a estas ventajas:

  • Es una cirugía mínimamente invasiva: Como el abordaje es mínimo, a la hora de hacer una artroscopia no se lesionan estructuras circundantes a la articulación a tratar.
  • Conlleva pocos riesgos: Como toda intervención quirúrgica puede tener algún tipo de riesgo relacionado sobre todo la edad o el estado de salud del paciente e incluso con la experiencia del especialista. Por eso en CECOTEN contamos con los mejores especialistas para realizar esta intervención y realizamos siempre un estudio previo del paciente.
  • No necesita de ingreso hospitalario: Casi todas las cirugías artroscópicas se hacen en hospital de día, es decir que el paciente se va a su casa el mismo día que se realiza la intervención.
  • Permite una recuperación temprana: Al ser una intervención más directa y rápida, el paciente puede comenzar de forma temprana con la rehabilitación.

Recomendaciones para la recuperación tras la artroscopia

A la hora de recuperarse tras una cirugía artroscópica hay que tener siempre en cuenta qué patología se está tratando y en qué articulación. “Cuando operas un manguito rotador, se requiere de un periodo de inmovilización para permitir la cicatrización.

Por otro lado, si se utiliza la artroscopia para hacer una extirpación del menisco, “se recomienda una rehabilitación mucho más temprana para recuperar rápidamente la movilidad”. Todo depende de la patología y la articulación que se haya intervenido.

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