Puntos clave:
Conforme una persona va envejeciendo, las caídas comunes se vuelven un problema de salud en el adulto mayor. El Dr. Ramón González Pola, cirujano ortopedista, comenta que se conoce como caída de baja energía a aquellas caídas que en otras situaciones no deberían afectarnos y que se originan desde nuestro plano de altura, es decir, caídas de la cama, de una silla, tropiezos, etc.
Se considera como osteoporosis a una baja en la densidad mineral ósea y es la enfermedad de los huesos más frecuente en las personas. Esta condición ataca la microarquitectura del hueso afectando su fuerza estructural, lo que puede desencadenar un aumento en las fracturas que presentará la persona.
“La osteoporosis afecta a hombres y mujeres de todas las razas y grupos étnicos. La osteoporosis puede ocurrir a cualquier edad, aunque el riesgo es mayor a medida que se envejece. Para muchas mujeres, la enfermedad comienza a desarrollarse uno o dos años antes de la menopausia.”
Además, con el paso de los años, también se hace presente en las personas un problema de salud que, correlacionado con la osteoporosis, pueden causar problemas en los huesos y nos referimos a la sarcopenia, es decir, la pérdida de masa, fuerza y funcionamiento de los músculos en los adultos mayores.
La unión de los padecimientos de la osteoporosis y los de la sarcopenia darán como resultado fracturas por fragilidad. Estas fracturas tienen un determinante y, aunque en cirugía o rehabilitación se pueden atender, los médicos deben analizar todas las circunstancias para tratar de evitar que siga pasando.
Aunque cualquier hueso se puede llegar a romper por la osteoporosis, los pacientes con tendencia a fracturas por fragilidad suelen presentar cuatro tipos de daños principalmente, señala el Dr. González Pola:
Al hablar de una fractura del hombro se puede incluir el húmero proximal o la parte de arriba del brazo, la que da movimiento. Generalmente, esta fractura, al relacionarla con osteoporosis, se presenta en adultos mayores a los 65 años y es el segundo tipo de fractura más frecuente. Para su tratamiento, menos de la mitad de los pacientes requieren cirugía, en la cual se emplean placas con tornillos o clavos, dependiendo de las características particulares de la lesión.
De ser necesario, si el hueso tiene muy mala calidad, se puede hacer un reemplazo mediante una semi prótesis o una prótesis reversa, con el objetivo no solamente de quitarle el dolor al paciente, sino también que el paciente tenga perfectos arcos de movilidad.
La fractura del brazo generalmente se relaciona con la de la muñeca y es que cuando una persona se cae al piso o tropieza, mete la mano para detener la caída o el golpe, sin embargo, puede presentar una fractura.
El Dr. González señala que, en la fractura de muñecas en mujeres, alrededor del 15% de ellas se fracturarán en el radio distal a partir de los 50 años, motivo por el cual es de gran importancia que acudan con un ortopedista para recibir un tratamiento preventivo.
Para el tratamiento de este tipo de fracturas, normalmente se atienden mediante el uso de un yeso o fibra de vidrio, que permitirá al paciente realizar sus actividades cotidianas sin dolor y sin mover la muñeca. En casos más extremos se puede realizar una cirugía para colocar una placa en la muñeca, procedimiento conocido como osteosíntesis.
Dentro de las fracturas vertebrales por fragilidad las más comunes son las lumbares y en un menor porcentaje, pero bastante frecuentes, las fracturas de la columna cervical o del cuello, esto sucede con frecuencia en personas que tienen algún trastorno en la desviación de la columna.
Las fracturas por fragilidad en las vértebras se llaman fracturas por compresión, se llegan a presentar debido a que el peso de nuestro propio cuerpo, de nuestros músculos y de los objetos que cargamos llegan a aplastar las vértebras, comprometiéndose. Este es el tipo más común de fractura y se llega a presentar en el 25% de las personas que son mayores a los 70 años, mientras que para los mayores de 80 años se presenta en el 50% de las personas.
Las fracturas vertebrales por osteoporosis tienen como factor de riesgo que se continúe un ciclo de una fractura y que se generen otras de manera consecutiva.
Otro elemento a tener en cuenta es que, en muchas ocasiones, las personas que presentan una fractura vertebral son asintomáticos, pero con el paso del tiempo generarán alteraciones de la postura o la respiración.
Dependiendo de la cantidad de fracturas presentes y el tipo de cada una de estas, se puede emplear un procedimiento conservador que incluye reposo, uso de un corsé y medicamentos. Para casos más graves se puede realizar un procedimiento donde se inyecta un cemento especial para llenar los huecos y recuperar la forma de cada vértebra.
De las cuatro variantes de fractura más frecuentes en la osteoporosis, la fractura de cadera es la más incapacitante para las personas y normalmente sucede tras una caída. En caso de no atenderse oportunamente, puede generar una necrosis vascular, en la que el hueso muere y esto representa un gran peligro para la persona.
Comúnmente se presentan dos tipos de fractura de cadera:
Por lo regular, este tipo de fracturas necesitan una intervención quirúrgica, rehabilitación y el consumo de medicamentos. Al hablar de cirugías, existen diferentes opciones de tratamiento, dependiendo del tipo de fractura de cadera y de las condiciones del paciente y que van desde la reparación de la cadera con el uso de tornillos hasta el reemplazo total o parcial de la cadera.
El Dr. González recomienda que a partir de los 50 años de edad se comience una evaluación regular para determinar el riesgo de osteoporosis, lo que ayudará a llevar una vida más segura y con menor riesgo de fracturas. Es importante considerar que la osteoporosis no se puede prevenir pero sí, detectar a tiempo.